Hubo un momento en que no había la sobreexposición a Joy Division que ha habido en los últimos años. Si bien esto ha servido para que se estrene una obra de la calidad de Control (Anton Corbjin, 2007), aunque luego en su banda sonora apareciesen The Killers, haciendo una versión de Shadowplay - que podría haber sido mucho peor- preguntándonos qué coño pintaba ese grupejo que ya apuntaba repulsivas maneras, confirmadas en sus siguientes lanzamientos. Afortunadamente para todos, no pasó de preproducción otro proyecto sobre Joy Division que iba a ser producido por Moby.
Parece que no se quedó conforme con destrozar New Dawn Fades en la Banda sonora de Twenty Four Hour Party People (Michael Winterbottom, 2002), con New Order y Billy Corgan como cómplices de este despropósito. La película, por otra parte, es la que inicia la recuperación de Joy Division. Desde una perspectiva más desenfadada pero no por ello menos emotiva que Control, presenciamos el nacimiento de la banda, su relativo éxito y el posterior suicidio de Ian Curtis, la víspera del inicio de su gira americana.
En los últimos años el merchandising de Joy Division ha alcanzado una popularidad cuando menos chocante, como la camiseta de Mickey Mouse inspirada en la portada del Unknown Pleasures o la camiseta de Love Will Tear Us Apart que lució uno de los componentes de One Direction en una entrega de premios de MTV, y que tanta repercusión tuvo en las redes sociales, demostrando una vez más el poco humor que tienen muchos fans de Joy Division.
Hay una cosa en la que podemos estar de acuerdo, en que las camisetas de Joy Division no se conviertan en las nuevas camisetas de los Ramones. Esta banalización del legado de la banda de Ian Curtis es lo que no nos gustaría ver a los fans, por lo menos a mí.
Es por una parte me gustarían que las cosas fuesen como antes, es decir, si alguien te decía que le gustaba Joy Division, esa persona ya acaparaba tu interés, y demostraba que su buen gusto estaba fuera de toda duda.
Que siguiese siendo ese gran grupo del que mucha gente había oído hablar y que muy pocos habían escuchado.
Puede que sea lo que estuviese pensando el Colectivo Karma cuando decidió realizar este homenaje con muchos de los mejores grupos de la época. Una especie de labor evangelizadora y de agradecimiento a una banda que editó dos de los mejores discos de la historia de la música: Unknown Pleasures (1979) y Closer (1980).
Hay versiones para todos los gustos, unas más acertadas que otras, pero el nivel es bastante digno:
Automatics se llevan Atmosphere a su terreno, en una versión que es de lo más acertado del disco.
Los Planetas revisan de una manera delicada y emocionante Disorder para finalizarla con la explosión de guitarras más potente de su discografía.
Honey Langstrumpf demuestran otra vez lo buenos que eran realizando una acelerada y casi bailable versión de Dead Souls.
Mercromina realizan una de las más sorprendentes versiones. Ceremony parece más un tema suyo, incluso por la letra, que adaptan líbremente.
Pribata Idaho realizan una muy buena versión de Love Will Tear Us Apart, que se convertiría en habitual en sus conciertos.
La parte más floja son las versiones de El Niño Gusano (sorprendentemente) con She´s Lost Control, los desconocidos para mí Sweetwater. Su The Eternal con voces femeninas no convence.
Lord Sickness ejecutan un flojo y mal producido Something Must Break.
Y la versión de Long Spiral Dreamin´, aún teniendo cariño a esta banda por haberlos visto de teloneros de los Charlatans en uno de mis primeros conciertos en Madrid, es penosa con esas guitarras pseudo-heavies. Al igual que la de Flow, uno de los grupos más mediocres de la escena en esos años. Luego se reinventarían con el excelente Sensazione.
En fin un disco que me trae muy buenos recuerdos. Disculpad la calidad del ripeo, pero es que mi copia está en un estado lamentable. Buscando en otros blogs quizá encontréis algo de mayor calidad.
Ya sé que últimamente me estoy poniendo un poco pesado con el indie español. Pero estoy en una fase de mi vida en la que no sé si me está empezando a fallar la cabeza o la salud, y me apetece encerrarme en estos sonidos que me recuerdan a una época en la que tenía muy pocas preocupaciones y muchas ganas de vivir.
Gracias, gracias y más gracias!!! ojalá regreses, me gusta leerte
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